27.10.12

Guerra de delegados capitulo 1

Guerra de Delegados
El reloj marcaba las siete menos diez, me puse el uniforme a todo correr, no iba a llegar tarde, las clases no empezaban hasta las ocho y media, pero aún así estaba atacada, revisé mi mochila por cuarta vez, bebí un vaso de agua y me cepillé el pelo hasta que no quedaba ningún nudo, me probé muchos peinados, pero al final me quedé con lo clásico: el pelo suelto y una trenza atada por detrás, me puse perfume, me calcé los náuticos y me miré al espejo por última vez, mi pelo rojo, pero lo general liso, tenía ciertos rizos producto del estrés que estaba pasando.
-Tranquila, Aria, solo serán unos meses- me repetía una y otra vez.
Hoy, iba a asistir al instituto de enseñanza pública Rayist, un instituto con la peor fama de la ciudad, nada que ver con mi instituto de enseñanza privada  Hollow west, uno de los institutos  privados mas famosos de toda Norteamérica y al parecer los directores de ambos institutos quieren estrechar lazos entre los de la clase alta y la clase baja, yo no tengo ningún problema con los chicos de la clase baja, pero hay rumores de que en ese instituto hay gente con navajas, drogas y quién sabe que mas barbaridades
Cojo mi mochila y bajo abajo sin parar de repetirme lo mismo.
El enorme recibidor de mi enorme casa y repito enorme, incluso excesivamente grande, ya que solo vivimos, Kim, mi hermana pequeña, Alice, su institutriz y mi padre, Robert, aunque nunca está, aún así cada día vienen criados y criadas que me miran con ojos de perrito abandonado como diciendo <<¿Puedo ayudarte?>> o <<Por favor no le hables mal a tu padre de mi>>
Al llegar al comedor veo como  Alice reprende a Kim.
me siento en mi sitio habitual y me quedo mirando los cereales que hay frente a mi, no tenía hambre, pero tampoco podía estar sin comer tantas horas así que cogí la cuchara y me lo fui comiendo a pequeñas cucharadas mientras oía a Alice decir cosas mal sonantes en su idioma, el Francés.
-Buenos días Aria- me saludó una vez ordenó a Kim sentarse con una sonrisa.
-Buenos días ¿Qué ah pasado?- como si no lo supiera, lo mismo de siempre, <<Kim come mas despacio>> ó <<Kim el tenedor no es una catapulta ¡Compórtate¡>>
-Oh, nada, solo que Kim se aburre tanto en la mesa que decide jugar debajo de ella.
-¡Pero es que Ela quería que jugara con ella!- gritó ella con voz temblorosa.
Ela era una amiga imaginaria de Kim, la tiene desde los tres años, hasta ahora que tiene cinco.
-Kim, tú y Ela deberíais comer antes de que La señorita Alice os castigue- le dije yo con tono cariñoso,
-Vale- dijo ella mientras engullía cucharadas de cereales.
-¡Más despacio!- gritaba Alice.
-Ya he acabado- digo mientras me limpio con la servilleta y me levanto.
-Querida, Taylor está fuera con el coche- me dijo mientras me señalaba la salida.
Salí al jardín, Jasper regaba el rosal principal de la casa con gran afán mientras me sonreía a modo de saludo.
-Que tengas un buen día Aria- me decía sin apartar la vista del rosal
-Gracias Jasper- le dije yo intentando parecer que me esperaba un gran día.
Me subí al coche, donde Matt, el chófer de la familia me esperaba con su blanca y deslumbrante sonrisa mañanera.
-Hola Matt- le dije yo desplomándome en el cómodo asiento de cuero blanco del coche.
-Aria pareces deprimida ¿Es por lo del intercambio de instituto?- me pregunta mientras pone el coche en marcha.
-No, bueno, si, bueno… no se, se dicen muchas cosas de ese instituto.- le digo mientras me peino un poco el pelo con los dedos.
-Vamos, igual haces amigos, no esta mal desconectar un poco de la clase alta- me dije entre risas.
-Sabes que si yo pudiera escoger, escogería vivir en una cómoda y familiar casita en el centro, asistiendo a  un cómodo instituto al que ir  a pie-Recalco esa palabra- mientras vivo tranquilamente sin conferencias ni uniformes bonitos, pero incómodos.
El uniforme de mi instituto es muy bonito el de chicas consiste en una blusa blanca, una corbata color burdeos, una americana del mismo color con el emblema del instituto, falda de cuadros color marrón y burdeos, medias burdeos y naúticos o botas, el de chicos era lo mismo pero en vez de falda un pantalón color negro y en vez de medias, unos calcetines bajos con el emblema del instituto. 
El no puede evitar soltar una leve carcajada.
-Lo sé, pero tu tranquila- me dice sin quitar la vista de la carretera.
Hubo algunos minutos de silencio en el coche, casi un silencio sepulcral de no ser por el ruido del motor y de los otros coches, se notaba mucho los cambios de aires, pintadas en las paredes, farolas y señales de tráfico, gente en patinete, chicos en peleas callejeras y raperos.
-¿Quieres que te deje en la puerta?- me pregunta sacándome de mis pensamientos.
-No, déjame aquí, gracias Matt- le digo mientras le guiño un ojo y bajo del coche, noto como algunos me miran, otros silban y otros simplemente ni se giran, me siento diminuta, noto como cuchichean, como me miran de Arriba abajo, me siento desnuda ante tanta gente, al llegar al cruce encuentro mi salvación, Ally, mi mejor amiga, vestida con el uniforme, pero en vez de la americana reglamentaria lleva una chaqueta rosa flúor, a Ally le encanta el rosa, su habitación parece la guarida secreta de hello kitty.
-¡Aria!- me dice mientras me abraza, ella no parece tener miedo, aunque nunca he visto a mi mejor amiga dar un paso atrás en nada ni retroceder ante nadie.
Los padres de Ally tienen una empresa textil, cuándo voy a su casa, su padre siempre me cuenta cómo empezó tejiendo en secreto para sus hermanos pequeños, ya que eran tan pobres que su madre no tenía dinero para comprarles ropa a todos y debían prestársela, un día presentó sus diseños a una revista de moda y le hicieron un reportaje, después cuándo acabó de estudiar invirtió todos sus ahorros para montar una pequeña tienda dónde las vecinas compraban la ropa para sus hijos, después conoció a Margot, una niña rica que se enamoró a primera vista del padre de Ally, se enamoraron y a los 6 meses se casaron, ella era experta en moda así que mientras que él diseña, ella decide que es lo que se lleva y lo que no, nunca vi una pareja más enamorada que los padres de Ally, su padre siempre le da besos, le regala cosas y salen a cenar y a bailar.
-Hola Ally ¿soy yo o todos nos miran?- le cuchicheo en el oído.
-Todos nos miran, este el barrio es peligroso y llegamos nosotros de un instituto privado, si yo fuese ellos me tiraría piedras.- me dice como si nada-¿Vamos?- me pregunta entusiasmada.
Yo asiento y ambas nos dirigimos al instituto, un edificio que parece estar a punto de caerse, alguna ventana rota, una verja chirriante y colillas por el suelo, un lugar perfecto para aprender que debemos estudiar para tener un futuro mejor- pienso para mi misma- me río de mi propio chiste y sigo a Ally.
Una mano fría me tocó el hombro, se me erizó la piel y me giré, suspiré, era el profesor Maison, el profesor que estaría con nosotros.
-Aria, eres la presidenta estudiantil, tienes que ir a la sala a que los presidentes del Rayist – me dice apresurado, cómo siempre.
Es cierto, gracias a alguien- miro con mirada asesina a Ally- mi nombre acabó entre los candidatos y salí elegida, no me gusta, lo odio, tengo que asistir a ceremonias largas y aburridas y lo que peor llevo, hablar en público.
Sigo a Maison por los estrechos pasillos del colegio y nos paramos enfrente de una puerta de madera llena de polvo llena de pegatinas, pintadas, insultos escritos con spray y manchas.
-Aquí es, entra preséntate y ellos harán el resto, suerte- me dice mientras se aleja a toda prisa, el pobre es el encargado de organizar todo y no para ni un segundo.
Yo me lo pienso varias veces antes de picar y al final cojo aire y pico con los nudillos la puerta, no hay respuesta, me quedo ahí parada y justo cuándo me voy a ir la puerta se abre.
-¿Querías algo?- me dice una voz masculina.
Me giro y me quedo pasmada, un precioso chico de pelo rubio,  y ojos miel me mira, con gesto inexpresivo.
-H-Hola soy Aria Webster, soy la presidenta del consejo estudiantil de Hollow West- le digo mientras noto que mis mejillas se tornan de un rojo intenso.
-Ah, si te estábamos esperando- me dijo mientras me dejaba espacio para pasar a la sala.
Era antigua, pero por alguna razón me gustaba, había dos sillones largos de color azul, una gran mesa llena de papeles y unos cuadros abstractos adornaban las paredes.
En la sala había otros dos chicos, uno de ellos era grande, muy grande de pelo negro y piel blanca como la nieve, el otro era bajito, con gafas y se distraía con los papeles esparcidos por la mesa.
-Cameron, Ethan, ella es la presidenta de Hollow West- dijo mientras yo me quedaba petrificada al ver como el de pelo negro se levantaba y me sacaba una o incluso dos cabezas si se ponía mas recto.
-Hola, yo soy Ethan, es un placer- me dijo con una sonrisa.
Yo se la devolví y le tendí una mano.
-Aria, también me alegro de conocerte- le dije mientras observaba como sus mejillas se tornaban de rojo.
El chico de gafas se levantó y me tendió una mano.
-Cameron- me dijo impasible.
-Aria- le dije intentando imitarle.
-Bueno, ya vale de presentaciones, necesitamos los informes de los estudiantes de tu instituto- zanjó el tema el chico que me había abierto la puerta.
Yo rebusqué en mi mochila, entre los libros, el estuche, el archivador y los caramelos de menta encontré un plástico que dentro tenía los papeles.
-Aquí están- le dije mientras se lo tendía.
-Bien, ahora es tiempo de preguntas- me dijo mientras los tres se sentaban en el sofá. ¿Preguntas?
-Por favor- me dijo Ethan señalando un hueco libre.
Yo me senté apretando mi mochila contra mi pecho.
-Bien ¿Aria verdad?- me pregunto el chico de pelo rubio  mientras juntaba las manos.
Yo asentí levemente.
-sé sincera por favor ¿Qué te parece nuestro instituto?
-B-bueno no sé aún no lo eh visto- balbuceo.
Ellos rieron.
-Eres una mentirosa- me espeta el rubio.
-¿Perdona?- le pregunto molesta, aunque es una sensación nueva, nunca nadie se había atrevido a hablarme así.
-No, no te perdono-me dice entre risas- os debéis de creer los reyes del mundo ¿Verdad?
-Yo…- no sabía que decir así que me levanté.- Me voy, no tengo por que hacer esto, a las reuniones vendrá el vicepresidente para evitar problemas- les digo mientras recojo mi mochila y me dirijo a la puerta.
El rubio me coge del brazo.
-Eso no seria profesional- me dice burlón.
-Lo que tu haces tampoco- le digo mientras me sorprendo de mi misma por atreverme a contestar así a alguien.
-Vamos, solo era una pregunta- me dice en tono de disculpa.
-No importa- cedo- ¿Te puedo preguntar algo?- le pregunto con voz tímida.
-Adelante.
-¿Cómo te llamas?
El ríe.
-Christian – me susurra a la oreja.
Yo me aparto.
-¿Tenéis mas preguntas?
-No, tenemos que preparar la bienvenida en el salón de actos.
Todos nos sentamos.
-¿Has preparado algo para presentarte?- me pregunta Cameron mientras ordena todos los papales de la mesa en un montón.
-Eh… no, no me gusta hablar en público- les digo- el vicepresidente, que por cierto debería estar aquí, lo hace por mi- les explico mirando mi reloj.
-¿No hablas en público?- pregunta Christian sorprendido.
-Solo cuándo es estrictamente necesario.
En ese momento entra Dylan, mi salvación, mi vicepresidente, yo le sonrío y este me devuelve la sonrisa, la verdad es que es un gran amigo, aunque desde que se me declaró el año pasado me siento algo cortada con el, es un chico de pelo negro y unos impresionantes ojos verdes, es muy agradable aunque algo chiflado.
-Perdón, han surgido cosas en mi casa- se disculpa mientras toma asiento a mi lado.
-Christian, Cameron, Ethan, este es Dylan, el hace discursos, yo miro y firmo papeles- les digo mientras el asiente.
-¿Has preparado algo?- le pregunta Christian, vaya, otra vez ese tono tan frío y distante.
-Si, bueno, es un pequeño discurso para daros las gracias por recibirnos- les dice sonriente.- T necesito que tu participes.
A, era mi nombre para mis amigos, si, una letra A.
-No, el trato era que aceptaba el puesto si tú te encargabas de hablar en público- le digo enfadada.
-Lo sé, pero por favor- me dice con ojos de cachorro- por que me quieres, por que te adoro, por que eres mi princesa, por que….
-Esta bien- le corto.
-Gracias- me dice aliviado.
-Bueno, pues ya esta, nos reunimos todos los días después de clase aquí, por cierto un consejito- me dice Christian mientras hace un gesto con el dedo 
Yo me acerco.
-No lleves faldas tan cortas, los chicos de aquí son muy salvajes- me dice en un susurro.
Yo me sonrojo y casi me caigo de la impresión, tropiezo con mis propios pies pero Dylan me coge.
-¿Estás bien?- me dice mientras me ayuda a levantarme.
-S-Si- le digo dedicándole una mirada de odio a Christian mientras este se hacia el loco,
Dylan y yo salimos fuera.
-¿Qué te ah pasado ahí dentro?- me pregunta serio.
-Solo me he sorprendido- le digo.
-¿Por qué?
-Por que me dijo que…. Esperaba verme dando el discurso- improviso.
-Vaya Muy lanzado ¿No crees?
-¿Por qué?
-Por todo, como es, su personalidad y… en fin, todo.
-Anda, vamos a clase- le digo rondando los ojos.
Miro el horario que me mandó mi tutor ayer, geometría, nunca había tenido problemas en los temas académicos, pero si tenía que elegir una asignatura que odiara, definitivamente sería todo lo relacionado con Matemáticas.
Me dirijo a la clase, noto como todos me miran, nunca me había gustado ser la protagonista, nunca había destacado mucho.
Al entrar en la clase me encuentro con un grupo de chicas vestidas como chicos alrededor de Emma, una chica de mi clase, muy agradable, de largo pelo negro azabache y ojos de color azul.
Emma está a punto de llorar.
Yo me acerco haciéndome paso entre las chicas.
-Emma ¿Estás bien?- le pregunto con delicadeza.
-Pija pelirroja no te metas ¿Quieres?- me dijo una de ellas dándome un empujón.
Yo me caí al suelo y mis cosas se esparcieron por el suelo, Emma me ayudó a recogerlas, vi como Christian entraba en el aula, procuré no mirarle, metí mis cosas en la bolsa de tela  que utilizaba como mochila, otra de las chicas cogió mis pastillas para el dolor de cabeza.
-Vaya, así que la pija pelirroja se droga- me dijo entre risas.
-Son pastillas para el dolor de cabeza- le aclaré.
-¿Pasa algo?- pregunta una voz masculina a nuestra espalda, Christian.
Emma y yo nos sentamos en los sitios de atrás sin hacer el menor caso.
-Nada, la de ojos azules estaba sentada en mi sitio y se puso a llorar y la pija pelirroja vino a socorrerla y se le cayeron las cosas- les explicó la chica que me empujó antes.
-Vaya, presidenta ¿Ya estás en problemas?- me pregunta divertido.
Yo saco mi archivador y mi estuche y no le contesto.
Noto como alguien tira de mi pelo, otra vez la chica.
-¿Estás sorda pija pelirroja?
Me suelta el pelo de golpe y noto como grita.
Abro los ojos que había cerrado y la veo en el suelo.
Ally.
-Como vuelvas a tocar a mi mejor amiga te mato- la amenaza.-¿Estás bien?-me pregunta.
-Perfectamente- le digo sonriente.
La chica se levanta.
-Esto no ha acabado- me amenaza.
Un hombre mayor, vestido con un traje algo informal entra dando palmadas.
-¡Chicos silencio!
Me sorprendo cómo todos se callan y los que estaban sentados encima de las mesas se sientan en las sillas.
-Gracias, cómo todos sabréis hoy tenemos el intercambio con el instituto Hollow West, 
-Bien, creo que ya sabéis lo que toca- dijo el profesor con una sonrisa.
Todos en la clase hicieron un nooooo, yo miré a Ally que se encogió de hombros.
-Me encanta vuestro entusiasmo, pues sí, cambio de pupitres.
A Ally le tocó alado de una chica que parecía agradable de pelo con rastras y a Emma alado de un chico algo bajito que estaba sumergido en su manga, su pupitre estaba lleno de pegatinas de Naruto, One piece, Death-Note y más animes que no conocía.
Y a mi…
-Hola compañera de pupitre- Christian.

1 comentario:

  1. Me a gustado mucho, encontre tu blog en http://debbiekatherinecortes.blogspot.com/, ella esta lanzando un Nuevo proyecto de editorial un lugar para compartir las historias de nuevos escritores, me ofrecí para ayudar en la edición y seria estupendo contar con tus historias, ponte en contacto con ella si no lo haz hecho ya.

    tengo algunas sugerencias como editora para este primer capitulo que he leído, si quieres ayuda avísame aquí mi correo: vikimovil@gmail.com

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