Guerra de delegados Capitulo 3

Holaaa a todos los lectores espero que vuestra semana esté yendo muy bien, la mía esta yendo bastante bien, y... he decidido que los días en los que subiré la novela serán los Martes, la verdad es que me gustaría que fueséis sinceros ya que vosotros sois el 90% del blog así que si no os gusta, si tenéis alguna sugerencia Lo que sea, quiero que os sintáis libres de decirlo ¡Vamos a ello!

-Ari,Tenemos que volver.

Los tres nos levantamos del suelo y salimos al patio, todos los estudiantes estaban hablando en sus respectivos grupos, notaba miradas en nuestro grupo, pero decidí ignorarlas.

Nosotros nos sentamos en una esquina del patio a charlar.

-Mira quién se acerca- me susurró Luca.

Yo me giré y vi a Christian acercarse.

-Me voy- les dije levantándome.

Yo entré en el edificio y me metí en el aula de antes, me senté y abrí mi libro de biología, aunque ni siquiera estaba en el Tema correspondiente.

Christian entró en el aula.

-Aria ¿Podemos hablar?

Yo le ignoré y seguí leyendo.

-Aria, no te lo voy a decir mas veces.

-¿Que?

El se sentó e hizo que cerrara el libro a la fuerza.

-Lo siento ¿Vale?- me dijo mientras se pasaba la mano por el pelo.

Unas lágrimas salieron de mis ojos.

-¿Por que te afecta tanto lo que diga la gente?

-En el colegio Y-Yo siempre era la bajita, la pelirroja, la chica zanahoria y siempre han hablado de mi, pero al llegar al instituto todo cambió, empecé a sacar las mejores notas, a despertarme siempre temprano para arreglarme y así llegar a tiempo, a ser amble y ser siempre correcta, pero entonces llegas tú y me lo jodes todo- Nunca digo palabrotas, ni siquiera cuándo era pequeña, me habían dicho siempre que quién insulta a otro o dice malas palabras es que no sabe utilizar el diálogo, yo no estoy de acuerdo, sé que hay muy buenas personas que dicen palabrotas, cómo Ally, pero se me quedó en la cabeza y así se quedó.

El me cogió por las muñecas e hizo que le mirara a la cara.

-No debería afectarte nada de lo que digan unos idiotas, yo...  hice eso por que pensé que te ayudaría, no sabía que te afectaría.

Parecía sincero, yo me solté de él y me limpié las lágrimas.

-¿Creías que humillándome conseguirías que superara mis miedos? 

-Bueno.... Sí.

A mi pesar sonreí, parecía sincero.

-Pero si tanto miedo tienes ¿Por que aceptaste?

-Por que era lo que todos esperaban de mí, todos esperaban que aceptase, me veían cómo la más inteligente, educada, amable, no paraban de decirmelo así que para hacerles felices acepté sin pensarlo y cada vez que hay discursos, me vuelvo paranoica.

-¿Por que no cuentas?

-¿Eh?

-Si, cada vez que veas que no puedas continuar hablando, por lo que sea, cuentas, uno, dos, tres... tomas aire y sigues hablando, sin presión.

-Al principio pensé que eras un idiota- le dije entre risas.

-Podré ser todo lo que tu quieras, pero sabes que soy guapísimo.

Yo reí.

-Definitivamente eres idiota.

-Habló la pija- Me dijo con una carcajada.

-Repelente.

-Niñata

-Macarra.

Christian me iba a responder pero Chiara entró y se subió a caballito encima de él.

-Chris ¿Que haces con esta....?

-Chiara, déjalo, sólo estábamos hablando, ahora soy todo tuyo.

Mi boca casi roza el suelo cuándo empezaron a besarse, delante de mí, en una clase, cualquiera podría entrar.

-¿Vas a quedarte a mirar?-Me pregunta con voz envenenada Chiara.

Creo que mi cara se debió volver tan roja cómo mi pelo por que Christian soltó una carcajada.

-Eh... No, yo me voy.

Cogí mi mochila y salí al pasillo, la mayoría me miraban mal, menos los de mi instituto que me miraban con una sonrisa de compasión, parece que ellos también tienen algo de miedo, seguro que lo más peligroso que hemos echo a sido cruzar la calle sin guardaespaldas.

Miré mi horario, Educación Física, en mi mochila llevaba mi ropa de deporte, el uniforme deportivo consistía en un polo color blanco conjuntado con una chaqueta color roja y unos pantalones cortos para el verano del mismo color y otros más largos, de camino al vestuario me encontré con Alex, amigo desde que éramos muy pequeños, nuestros padres son socios, en tercero se me declaró delante de toda la clase y yo acepté, ya lo teníamos todo pensado, la casa dónde viviríamos, los hijos, sus nombres, nuestras profesiones y hasta él había hecho unos planos de nuestras casas

-¿Educación Física?-Me preguntó señalando mi bolsa de deporte.

-No, sólo llevo unos cuantos cadáveres. Ambos reímos, en nuestro instituto hay dos recintos deportivos, uno de ellos para piscina, baloncesto y el otro para bádminton, voleibol, patinaje y gimnasia rítmica, después están los dos campos de fútbol que ocupan la mayor parte del patio, en cambio aquí sólo hay un pequeño edifico y un patio con dos canastas y dos porterías, una de ellas sin red. Alex y yo nos quedamos en silencio, el polideportivo estaba lleno de pintadas, la gente que se supone que debería estar haciendo deporte, esta sentada, fumando, hablando o tumbados en las colchonetas, uno de los profesores se nos acercó.

-Hola, soy el señor Reed, bienvenidos al polideportivo, los vestuarios están detrás de esas puertas, el de chicas es el que tiene pintadas de color negro y el de chicos de color azul, no tienen pérdida- Nos dijo con una risa.

-¿Hay clase?-Le preguntó Alex echando otro vistazo al recinto.

-Si, bueno.... cómo habréis notado no hay mucha disciplina, pero espero que seáis conscientes de que Educación Física forma también parte de la nota media- Nos dijo- Se que a ellos les da igual, pero creo que a vosotros no tanto.

Ambos asentimos y nos dirigimos cada uno a su vestuario.

Al entrar al femenino me encontré con 3 chicas fumando y riéndose, estaban ocupando los dos bancos de madera que había así que dejé mi bolsa en el suelo y me dispuse a cambiarme, todo parecía ir bien hasta que escuché cómo sus risas se apagaron, yo me iba a poner el polo de deporte cuándo me lo quitaron.

-Vaya, pero si es la súper presidenta- Me dijo una chica muy alta con varios pircings en la cara.

-Por favor devuélveme mi camiseta- les dije intentando taparme con mi delgado brazo mi sujetador.

-Ohh.... pero si lo pide por favor.

Intenté cogerlo, pero era tan alta que sólo conseguir dar un pequeño salto.

Ellas se reían y lo ponían más alto, yo sólo quería mi polo y ya está ¿Por que me hacían esto? En una charla con el orientador, que hicimos los alumnos de penúltimo año nos dijeron que los abusones tienen miedo de sentirse inferiores o dejados de lado y por eso agreden a los demás, parece que a estas chicas les pasaba algo similar.

-No te acerques a Christian, es de Chiara ¿De acuerdo?-Me dijo una de pelo morado y labios negros.

-Yo no tengo nada que ver con ese idiota- les dije sacando la chaqueta de mi bolsa y poniéndomela para así tapar mi desnudez.

-Pues Chiara cree que sí, haber si te enteras que aquí por mucho dinero que tengas no eres más que una niñata y si te sigues acercando a él....

Cometí el gran error de mi vida.-¿Qué me va a pasar?

Ellas sonrieron y se acercaron a mí y me demostraron que pasaría si lo hiciese, y vaya si lo hicieron.